En este pequeño recorrido visual de arte y trabajo de la mano de pintores tan importantes como Quinquela Martín – parte 1 -, Berni – parte 2 – y Campodónico – parte 3 -, nos encontramos con una estética, una de las tantas. Hoy analizaremos el sentido común visual, podemos preguntarnos por ejemplo si sus públicos han sido o siguen siendo fuertemente interpelados por ellas. ¿Tienen algo en común? ¿Qué podemos decir de las apariencias de los obreros y obreras de estos oficios? Podemos intentar contabilizar símbolos –siempre subjetivos claro- de lo oscuro y lo claro, el buen y mal trabajo, en un esfuerzo por entender algunas mostraciones y ocultamientos de la escena.
Un ejercicio de reflexión visual
En una simplificación para el ejercicio visual, jugamos al análisis superficial de los detalles, siempre con la licencia de la subjetividad y sin ánimo de malas interpretaciones. En ese sentido podríamos pensar que algunos rasgos del “mal trabajo” en los paisajes visuales visitados, los podríamos ubicar en los rostros y el dolor, en las vestimentas simples de colores sin estampados, en el uso de la fuerza, la sobrecarga de herramientas pesadas, las multitudes, las posiciones físicas de esfuerzo como las espaldas encorvadas, algunos vendajes, la oscuridad y el hacinamiento.
Algunos otros rasgos característicos del “buen trabajo”, podrían ser más sutiles y reflejarse en el uso de colores vibrantes como rojos, amarillos, verdes y azules, el sentido del movimiento, del desarrollo productivo de la actividad, los paisajes de fondo, el trabajo en equipo, inclusive la protesta en equipo, que podría leerse como más esperanzadora que la protesta individual. Una posible interpretación podría darse en el dibujo explícito para aquellos símbolos que se quieren mostrar y el detalle de fondo, para los que quieren ocultarse. Especial capítulo deberían conformarlo las representaciones de género, diversidad sexual, derechos de los animales, etc., que por razones obvias no se están analizando.
Caggiano y el Sentido Común Visual
“(…) la reapropiación alternativa de las fotografías de “tipos raciales” por parte de algunas organizaciones indígenas puede desplazar en cierto grado la centralidad de los rasgos fenotípicos en las imágenes hegemónicas. De manera similar lo hacen las composiciones iconográficas que reúnen y fusionan símbolos y fragmentos de la naturaleza postulándolos como posibles elementos identificatorios. Todos estos materiales constituyen respuestas incipientes no sólo a ocultamientos y desapariciones sino a modos hegemónicos precisos de la imaginación en clave de género y en clave étnico-racial. Nunca se trata únicamente de mostrar o no mostrar sino de formas específicas de hacerlo, las cuales pueden ser estratégicas, definidas en su propio lugar y según sus reglas, o tácticas, desenvueltas en un terreno ajeno y según las reglas de otro (de Certeau, 1996).
La escatimación del cuerpo a una mirada masculina de control o el apagamiento de la imagen del “tipo racial” no son ocultamientos; son tácticas políticas que al no mostrar algo pueden evocar o inspirar otros modos de ver y de mostrar.”1
Así como hoy día los empleos se han ido actualizando, deberemos tener presente que algunos significantes siguen estando un poco afianzados en nuestras retinas. ¿Es posible ir modificando estos estereotipos de los oficios? ¿Qué componentes deberíamos tener presentes en la conformación estética de los oficios o empleos verdes?
Empleos Verdes como herramientas del Desarrollo Sustentable
Los empleos verdes buscan ser las herramientas del desarrollo sostenible y eso, no puede tener lugar en ciudades que carecen de sustentabilidad desde el punto de vista urbanístico. Este dato forma parte de la nueva visión integral que debe adoptarse a la hora de pensar en términos planetarios, integración que parece débil en la conformación de las ciudades.
“(…) existen leyes específicas, a menudo obsoletas, que gobiernan el uso de la tierra, que pueden ser perversas. Todos estos problemas se exacerban cuando se trata de ciudades. Por ejemplo, la recientemente construida ciudad de Gurgaon en la India tenía leyes que desalentaban la densificación. Así, se desarrolló principalmente como una extensión dispersa de edificios de poca altura. Aunque ya se permiten los edificios altos, la estructura de la ciudad ya es dispersa. Esto, a su vez, tiene un impacto sobre todo, desde la provisión de servicios públicos hasta la dependencia excesiva de medios privados de transporte”2
Un desplazamiento casi obligado
¿Cómo lograr llamar la atención con la suficiente fuerza sobre un tema que atañe a la supervivencia de la humanidad? Es posible plantear un desvío del arte, un desplazamiento de trabajos tecnopoéticos, intermediales, aun no escritos, no dibujados, que habilite su importancia, la importancia de pensar y repensar estos oficios, hasta lograr hacer realidad su trabajo. ¿Y por qué tecnopoéticas? ¿Por qué este cruce con lo digital? Porque ya hemos avanzado hacia la tercera y cuarta revolución industrial.
Riftkin3 denomina Tercera Revolución Industrial al proceso de transición entre una “economía marrón” y una economía verde solidaria y sostenible; sumando así un nuevo término de color – empleos marrones – a los ya utilizados. Esta tercera revolución se propone como una herramienta efectiva para lograr “una transición justa que de paso, sin lesionar los derechos de quienes ahora trabajan en la economía marrón, a una economía sostenible, verde”4.
Colores y empleos
Esta cantidad de colores que van definiendo las distintas características de los empleos, bien podría disparar diversidad de obras de arte. Así como en “La escultura en el campo expandido” de Rosalind Krauss se declara que “Categorías como la escultura y la pintura son muy elásticas y pueden extenderse para incluir casi cualquier cosa, donde el historicismo actúa sobre lo nuevo y diferente para disminuir la novedad y mitigar la diferencia.”; podríamos aplicar esta elasticidad a la representación artística del empleo verde en sus distintas vertientes y sumarle un sentido común visual.
“En los años 60 comienzan a aparecer obras minimalistas. Pero, ¿eran consideradas como esculturas? Los artistas pertenecientes a esta corriente justificaban su obra como una evolución de obras anteriores, se escudaban en el historicismo. En este caso su base era el constructivismo, aceptado plenamente como escultura. Es en este momento cuando Rosalind Krauss hace una reflexión sobre el “origen” de la escultura. Comenta que su origen está claramente ligado con el concepto de monumentalidad. La escultura es un monumento, se crea para conmemorar algún hecho o personaje relevante, está hecha para una ubicación concreta. Como ejemplo podemos nombrar la escultura de Marco Aurelio en el Campidoglio”5.
Alvarez Gomez, Alejandro. Arquitectura Contemporanea.
Paisaje-No Paisaje de un empleo en crecimiento
Lo mismo sucede con la noción de empleo y su efectividad está puesta en su salario. Pero así como la convención escultura/monumento comienza a fallar, lo mismo pasa con la cuestión del empleo. Ese diagrama que Rosalind Krauss propone sobre los conceptos de paisaje-no paisaje, no arquitectura, arquitectura y sus diferentes ámbitos, comienza a cobrar sentido en la noción de empleo verde.
Si bien existe mucha literatura, sobre todo técnica, de la definición de los empleos verdes, no encontramos una experimentación intermedial que afecte el campo de este tipo de literatura, a tal punto que se la vincule con las artes plásticas, la pintura, el dibujo, como tradicionalmente sucede con otras literaturas.
Menos las nubes, todo ha cambiado
¿Cuáles son los mecanismos que disparan la urgencia de modificar nuestras formas de empleo y volverlos sustentables? Ciertamente no deberíamos esperar una crisis tan acentuada para volver mudos del campo de batalla, tal como relata Benjamin Walter en sus Discursos Interrumpidos I. ¿Cuánta experiencia hace falta para hacer posible un deseable futuro verde?
“¿Quién intentará habérselas con la juventud apoyándose en la experiencia? La cosa está clara: la cotización de la experiencia ha bajado y precisamente en una generación que de 1914 a 1918 ha tenido una de las experiencias más atroces de la historia universal. Lo cual no es quizás tan raro como parece. Entonces se pudo constatar que las gentes volvían mudas del campo de batalla. No enriquecidas, sino más pobres en cuanto a experiencia comunicable. Y lo que diez años después se derramó en la avalancha de libros sobre la guerra era todo menos experiencia que mana de boca a oído. No, raro no era. Porque jamás ha habido experiencias tan desmentidas como las estratégicas por la guerra de trincheras, las económicas por la inflación, las corporales por el hambre, las morales por el tirano. Una generación que había ido a la escuela en tranvía tirado por caballos, se encontró indefensa en un paisaje en el que todo menos las nubes había cambiado, y en cuyo centro, en un campo de fuerzas de explosiones y corrientes destructoras, estaba el mínimo, quebradizo cuerpo humano.”6
Objetos útiles
En un futuro cada vez más cercano, el entendimiento cultural de los empleos verdes deberá incluir las dinámicas locales de las etnias presentes, el estudio de aquellos aportes interculturales que proporcionan las migraciones – muchas de ellas producidas por consecuencias climáticas – y la incorporación de políticas claras que permitan desarrollar herramientas formativas relacionales entre la población, el mundo virtual y el entorno natural intervenido. Entre esas relaciones se destaca el empleo, tanto en su componente técnica como en la ética, la humana, la de los sentidos, la perceptiva, y sobre todo la cultural.
Cultura sustentable
¿Es posible que esta época a la que alude Benjamin, donde la experiencia se construye con el relato, vuelva a ser un aliado para generar una cultura sustentable? ¿O debemos entender que como sujetos de la modernidad existe la imposibilidad del relato, de la memoria? El campo artístico correlativo a la palabra puede ser una gran forma de posicionar a los empleos verdes como parte de nuestro presente. La perspectiva de la transmedialidad que ha sido fuerte en la industria cultural y puede ser un aliado en la reelaboración de los empleos verdes, donde los públicos consuman estilos de vida sustentables, relatados por una literatura expandida digital. Una literatura expandida hacia los horizontes de la sustentabilidad.
“Las apariencias no engañan, producen. No intervienen en la dinámica cultural adecuándose mejor o peor a una realidad sino participando activamente de la producción de esa realidad. No es meramente una cuestión de engaño o de verdad porque no es un problema de adecuación. Es en su capacidad productiva donde se despliega el carácter político de las disputas visuales. Las apariencias y las apariciones (los dispositivos y modalidades de ver y de mostrar) juegan un papel vital en la creación y recreación de las comunidades y grupos en los cuales nos imaginamos.
CAGGIANO, Sergio. El sentido Común Visual.8
Post-producción
Es posible considerar la responsabilidad de la que habla Bourriaud, donde cada individuo, y más aún cada artista, debe considerarse responsable de las formas y de su funcionamiento social:
“el surgimiento de un «consumo ciudadano», la toma de conciencia colectiva de las condiciones de trabajo inhumanas en la producción de zapatillas deportivas o de los desgastes ecológicos ocasionados por tal o cual actividad industrial forman parte integrante de esa responsabilización. El sabotaje, el desvío y la piratería pertenecen a esa cultura de la actividad.”
Bourriaud, Nicolas (2009). Postproducción9
Sentido común visual del Empleo Verde
Quizás en el camino de encontrar una estética apropiada, de consumo ciudadano, nos reflejemos un poco en ella, y salgamos a ser parte del cambio que queremos ver en el mundo.
«Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.»
CAMINANTE NO HAY CAMINO | Antonio Machado
Gracias por acompañarme en este recorrido virtual, que nos invita a reflexionar sobre el Sentido Comun Visual que propone Caggiano Queda mucho camino para quien dice, «producir» primero una estética y quizás de esta forma, sumarnos a la post-producción de un creciente número de Empleos Verdes ¡Hasta la próxima!
Para seguir leyendo
1 CAGGIANO, Sergio. El sentido Común Visual. Disputas en torno a género, “raza” y clase en imágenes de circulación pública. Buenos Aires. Miño y Dávila Editores. 2013 páginas 263-264
2 UNEP GGND. La Economía Verde, Análisis sectorial. Pag. 14. 2009
3 Rifkin, J. (2014). La sociedad de coste marginal cero. Barcelona: Paidós.
4 Vilches, A. y Gil-Pérez, D. La transición a la Sostenibilidad como objetivo urgente para la superación de la crisis sistémica actual. 2016. Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias 13 (2), 395-407.
5 Alvarez Gomez, Alejandro. Arquitectura Contemporanea. 2013
6 Benjamin, Walter. “Experiencia y pobreza” en Discursos interrumpidos I, Madrid, Taurus, 1982. Pág. 167-168
7 Adolfo Sánchez Vázquez, Las Ideas Estéticas de Marx 2ª. ed. 1965, Ediciones ERA, S. A., p. 64.
8 CAGGIANO, Sergio. El sentido Común Visual. Disputas en torno a género, “raza” y clase en imágenes de circulación pública. Buenos Aires. Miño y Dávila Editores. 2013, página 288
9 Bourriaud, Nicolas (2009). Postproducción. Rosario: Adriana Hidalgo Editora. Fragmentos