Allá por el 1900 el Dr. Estanislao Zeballos declaraba el 29 de agosto como el Día del Árbol. Esta iniciativa que nace del mismísimo Consejo Nacional de Educación, persigue concientizar sobre la necesidad de proteger a las superficies arboladas y plantar árboles.
Unos años antes, se le reconoce a Domingo Faustino Sarmiento como el principal impulsor de la actividad forestal en el país, antecediendo la iniciativa de Zeballos. En algunos de sus discursos expresaba:
«El cultivo de los árboles, conviene a un país pastoril como el nuestro, porque no solo la arboricultura se une perfectamente a la ganadería, sino que debe considerarse un complemento indispensable»
«La Pampa es como nuestra República, tala rasa. Es la tela en la que ha de bordarse una nación. Es necesario escribir sobre ella ¡Arboles! ¡Planten árboles!«.
Quizás en estos antecedentes, donde hablar del árbol refiere a una central función forestal, se encuentra el cimiento sobre un gran inconveniente sobre el cual las políticas públicas tendientes a mejorar el Arbolado Urbano deben fuertemente trabajar.
Es que hoy día, y aunque suene exagerado, existen personas que no quieren a los árboles! Esto que parece insólito, seguramente puedes comprobarlo en cualquier esquina de nuestro país, donde muchas veces, los árboles son talados, podados agresivamente o directamente removidos. Recorriendo el lado oscuro de la sociedad, no podemos dejar de recordar que vivimos sobre una matriz económica donde muchas veces, lamentablemente, existen municipios y empresas (servicios públicos, viveros, etc.) que trabajan en la gran empresa de la venta de madera…
Me pregunto si como seres que vivimos en una ciudad, ¿somos conscientes de las demás funciones de los árboles? Por ejemplo, podríamos destacar algunas:
- Aporte cultural y simbólico. Símbolos culturales muchas veces indicadores de eventos históricos.
- Nicho y hábitat. Actúan como refugio de diferentes especies de aves y fauna y flora asociada. En muchos casos se conforman como importantes ecosistemas de paso, para aves migratorias.
- Control de la contaminación generada por las ciudades, mayormente contaminación atmosférica.
- Reguladores del clima urbano, como islas de calor, efectos de la combustión, efecto invernadero, etc.
- Control de la radiación solar en superficies urbanas, por la densidad de su follaje, forma de las hojas, ramificaciones, etc.
- Control del viento, ya sea por obstrucción, conducción, desviación o filtración.
- Protección de cuencas y cuerpos de agua, con el aporte de regulación del ciclo hídrico.
- Valoración de la propiedad, conformación de paisaje, recreación, etc.
Si, vamos a seguir necesitando el recurso forestal para vivir, todo depende del equilibrio que podamos ofrecerle al ambiente. Tasas de deforestación/reforestación y 4 R sobre el residuo forestal o sus derivados (reducción, reutilización, reciclado, revalorización) son algunas actividades que debemos incorporar a nuestras vidas para que la gran máquina económica mundial no se lleve puesto todos los árboles. Te dejo aquí más info sobre la Certificación FSC
Y porque apunto a las Políticas Públicas? porque seguramente el plan de regulación del Arbolado Urbano de tu ciudad se pueda modificar para que aquello que parece la norma, cambie a favor de los árboles… y de nosotros también!.
Mientras se conserven solamente las características estéticas o forestales, donde su gestión es deseable pero no esencial, no terminando de reconocerse como un instrumento eficaz y eficiente para mejorar las condiciones ambientales y la sostenibilidad de la infraestructura urbana, los árboles (y su flora y fauna asociada), continuarán muriendo y convirtíendose en unas lindas maderas. No lo permitamos!
Por eso, y porque si has leido este post puedo intuir que quieres tanto como yo a los árboles, te invito a relacionarte un poco más con los que tienes en tu comunidad. Obsérvalos, abrázalos, dedícales canciones, riega sus raices y ama sus hojas, frutos y flores, ellos te lo agradecerán y verás como te devolverán el cumplido. O de donde crees que proviene el oxigeno que respiras?
Te invito a inspirarte con un hermoso tema de Atahualpa Yupanqui y seguir leyendo en mi próximo posteo algunas hermosas obras inspiradas por árboles.
“No me dejes partir, viejo algarrobo”
Atahualpa Yupanqui (fragmento) (1978)
No me dejes partir, viejo algarrobo…
levanta un cerco con tu sombra buena,
átame a la raíz de tu silencio
donde se torna pájaro la pena.
¡Traigo una sed de paz, tan infinita!…
No me dejes partir, viejo algarrobo,
que ya no sé decir: ¡Hasta la vuelta!…
Hay un río profundo que me llama
desde el antiguo valle de mi pena.
Que en ti se anuden todos los caminos
como un brazo tenaz de enredadera
y no haya más rumor que el de la tarde,
cuando pasa descalza por la arena.